¿QUIÉNES SOMOS?

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ADARRA surgió por iniciativa de un grupo de maestros y maestras que pretendían responder de manera colectiva a las reivindicaciones docentes de finales de los años setenta. Aunque muchas de las personas que componían el colectivo desde sus inicios tuvieron relevancia en los movimientos sindicales, ADARRA siempre ha aglutinado a personas de diferentes opciones políticas y sindicales y se ha centrado en el análisis, la denuncia y la elaboración de propuestas tendentes a mejorar la escuela pública.

La reflexión crítica y la búsqueda de alternativas son campos en los que ADARRA se ha implicado desde su nacimiento y aún hoy en día sentimos la necesidad de seguir manteniendo esta voz.

Nos sigue uniendo el interés por temas relacionados con la mejora de la escuela pública y la educación como medio para la superación de las desigualdades en general, y en especial las desigualdades que tienen que ver con el género, la cultura, la exclusión social,…

Durante los años ochenta se consolidaron gran número de movimientos sociales dedicados a satisfacer las distintas necesidades que se percibían en los diversos ámbitos. Asimismo, ADARRA, en el campo educativo, cumplió un papel fundamental llegando a reunir cerca de 3000 personas en sus jornadas de verano del año 1980. Las jornadas de verano suponían un lugar de encuentro y un punto de partida para gran número de docentes implicados en mejorar y transformar la escuela, los institutos y la universidad.

Lapiz 2Más adelante, a partir de la publicación de la LOGSE en 1990, la extensión de los equipos de apoyo al profesorado, la formación en centros y convocatorias institucionales de formación, se producen cambios importantes en las convocatorias y se constata una distancia entre los asociados de Bizkaia y de otros territorios.

A lo largo de los años noventa, debido a las convocatorias de formación por parte de la administración educativa en COPs, ICEs, etc, el papel de ADARRA ha cambiado y se ha centrado en continuar publicando su visión crítica de las propuestas de la Administración (revista Adartzale sobre la LOGSE, cuadernillo sobre el PIF en 1995 y otros ejemplos), realizar convocatorias puntuales sobre áreas o etapas que permanecían en la sombra (jornadas «Educación Infantil ¿primer paso para la reforma?» en 1991) e impartir cursos por medio del Plan Garatu, con respuesta muy positiva por parte del profesorado.

Durante los últimos cinco años, además de seguir participando en las convocatorias y mesas específicas de la confederación de Movimientos de Renovación Pedagógica (MRP), las fuerzas se dedican principalmente a un compromiso de formación interna en los propios grupos estables que se mantienen en Bilbao. Las publicaciones y convocatorias al exterior son puntuales.

Esto ha supuesto un cambio en el tipo de tareas desarrolladas por el colectivo. Se ha pasado de dar una gran importancia a las jornadas de verano y a la participación y relevancia de ADARRA en los encuentros estatales, a otro trabajo de formación y debate interno. Esta trayectoria coincide con la observada en otros colectivos pedagógicos y movimientos asociacionistas.

Sin embargo, pese al descenso observado en la dedicación al trabajo de índole externa, no shapeimage_6dejan de recibirse llamadas de grupos nuevos o veteranos que demandan nuestra postura o nuestra colaboración y hay cuestiones que no han recibido respuesta ni tras la reforma educativa ni mediante las convocatorias de formación institucionales.
Consideramos que es fundamental seguir disponiendo de un espacio que nos permita reflexionar en común, libremente y sin presiones institucionales para analizar críticamente nuestra práctica educativa y las decisiones institucionales, llamar la atención y denunciar cuando sea preciso las diferencias entre principios legalmente establecidos y la puesta en práctica de los mismos, elaborar alternativas, y ser vanguardia educativa.

Queremos superar la mera innovación pedagógica, las cuestiones didácticas y promover   cambios en las estrategias metodológicas y organizativas, cambios que esté demostrado que son eficaces y que producen mejores resultados, que tienen base científica, que rompen la estructura organizativa tradicional y que promueven la participación de la comunidad.